Mudanzas y más mudanzas. De mi china vida (03)

– Esto está siendo muy divertido para mi – me dijo. – Tenéis una cultura tan diferente.

– Para mi también lo está siendo – le dije yo. – De hecho cuando vuelva a mi casa lo publicaré todo en un blog.

– ¿Cuando vuelvas a Burjassot? – me preguntó ella dando a entender que me había estado escuchando.

– No, ya no vivo allí – le dije yo con una sonrisa melancólica.

– ¿Montanejos?

– No

– ¿Has vuelto a Sagunto?

– No

– ¿Dónde vives ahora?

– En Aldaia.

– De Sagunto a Burjassot y de Burjassot a Aldaia.

– No, querida. De Sagunto a Alzira, de ahí a Burjassot, Valencia, vuelta a Burjassot, Madrid, vuelta a Burjassot, Rocafort, Godella y, finalmente, Aldaia.

La china me miró sin saber muy bien qué decir.

– Has hecho muchas mudanzas, ¿no?

– Bueno, teniendo en cuenta que en Burjassot he vivido hasta en seis viviendas diferentes, y las idas y venidas, pues imagínate. En total en mi vida he hecho dieciséis mudanzas.

– ¿Y eso es lo normal en tu cultura?

– No. Lo normal en “mi cultura” es salir de casa de tus padres para ir a la tuya. Ahora, a veces, ni eso. Como mucho una aventurilla a un piso compartido de estudiantes. Pero no, yo he hecho dieciséis mudanzas completas.

– ¿Habrá una diecisiete?

– Si puedo evitarlo, no. Aunque tal y como está el patio, no me extrañaría.

– ¿Y nunca has vivido fuera de tu país?

– Ya te he dicho que viví una temporada en Madrid. – le dije con una sonrisilla.

La china me miró con cara extraña.

– No entiendo – dijo ella.

– No et preocupes, t’ho explicaré més endavant. Ara vaig a contar-te com acabàrem a Alzira. – le dije yo sin dejar de sonreír.