Falacias

Se acercan las elecciones y, más allá de la presentación de cabezas de lista, empezamos a escuchar un sinfín de falacias con el único propósito de enredar al personal.

El término falacia se deriva de la palabra “fallare”, que significa mentir o engañar. En el mundo de la política el concepto es importante ya que te da una idea de la calidad de los razonamientos que los adversarios utilizan para argumentar su punto de vista. También de la calidad humana. Una falacia es un error de razonamiento, consciente o inconsciente, en el que las premisas que se utilizan no llevan a la conclusión.

Una de las últimas que hemos visto es la de Toni Cantó afirmando que no trabaja en Cataluña por hacer teatro en español. Si esa premisa fuera cierta, ningún actor castellanoparlante actuaría en Cataluña. Esa es la idea que pretende trasmitir. Afortunadamente solo hace falta rascar un poquito para ver que eso es una auténtica falacia. Con hacer un repaso rápido a la cartelera nos daremos cuenta de que hay múltiples obras de teatro en cartel que son en castellano.

Lolita está con “Fedra” en el Romea, Les Luthiers con “Viejos Hazmerreíres” en el Auditori Fórum, o David Guapo y Toni Moog en el Club Capitol con sus monólogos. ¿Entonces? Toni Cantó no actuará en Cataluña por múltiples motivos, pero el idioma no es uno de ellos. No importa, él continúa con su cruzada contra las diferentes lenguas del Estado llegando a afirmar que en centenares de colegios de nuestra tierra no se enseña el castellano. Tal cual.

Pero no es el único, ni mucho menos. La cabeza de lista del Partido Popular para el Ayuntamiento de València ha empezado fuerte la campaña. Ayer mismo afirmó que cree profundamente en la libertad, pero que no quiere las Reinas Magas, quiere los Reyes Magos. No solo es una falacia de libro, es una auténtica paradoja.

Por un lado admira y defiende la libertad. Pero solo la suya. Su libertad y la de su partido, no la de los demás. Entendemos pues con estas palabras como ordenará la ocupación del dominio público si gobierna: solo para los suyos. Con ella retrocederemos cuatro años donde los ciudadanos no podíamos, por normativa, ocupar la Plaza del Ayuntamiento o la de la Virgen. Esa norma que yo mismo derogué en 2015.

Pero además lo que dice es un ejemplo de la falacia del falso dilema: o conmigo o contra mí. No hay lugar al término medio o al diálogo. O Reyes o reinas. Y eso es un despropósito, porque en la actualidad conviven los dos sin ningún problema. Y la ciudadanía acude al acto que quiere sin ningún tipo de obligación. ¿Piensa entonces en denegar la autorización para que se realice la actividad en un futuro? Deberemos ser cuidadosos con lo que votamos en mayo, pues han empezado enseñando la patita y ya nos dicen que, en caso de gobernar (Dios no lo quiera y yo no lo vea), los valencianos tendremos que pedir permiso hasta para respirar. Seguramente nos llegue denegado.