De comprar un piso y la muerte de Michael Jackson. De mi china vida (35)

– ¿Entonces todas las historias que vas a contar a partir de ahora van a ser deprimentes? – me preguntó la china.

– ¿Y eso? – le dije yo intrigado.

– ¡Hombre! – exclamó ella -. Si son años de vacas flacas, como me has dicho antes, tú me dirás.

– Mujer, no todo ha sido malo en estos años, ya te lo he explicado. Ha habido muchas cosas buenas – le dije.

– ¡Cuéntame!

– ¿¿¿Cómo te ha ido???

– ¿Qué?

– Nada, que en 2009 nos compramos un piso.

– ¡Ah! Pues la cosa no iba tan mal. Tanto quejarte de vacas flacas. ¡Buen ojo! En plena crisis. ¿Y qué más?

– Ya está.

– ¿Cómo que ya está?

– Que ya está. – le dije yo serio.

– ¿No hay nada más en todo el 2009?

– ¿Te parece poco importante la compra de un piso?

– No, claro, es muy importante, pero no sé… No hace falta que me cuentes sólo “lo importante”. Alguna anécdota divertida recordarás de 2009.

– Sí, claro. Mi marido salió un viernes del trabajo y cuando volvió al lunes siguiente la empresa ya no existía.

– ¡¡¡Guala!!!

– Sí. ¡Yupi! – dije yo con bastante desanimo. – ¿A que es divertida la anécdota? Nosotros nos reímos todos los días a recordarla.

– ¿Y aún así os comprasteis el piso?

– Lo habíamos hecho dos meses antes.

– ¡Jo! ¡Qué buena suerte!

– En fin. Mi vida durante los próximos cuarenta años se va a resumir en pagar el puñetero piso.

– ¡¡¡Cuarenta años!!!

– Sí, señora. Cuarenta años. ¿Qué te parece?

– No está mal.

– Nada mal. Así que cualquier historia que cuente, que me pase, que me suceda, que viva, que sufra, que sude, que recuerde, que celebre, desde 2009 hasta 2049 va a ir encadenada al pago de un piso.

– No puedes estar hablando en serio – me dijo ella -. ¿Qué tendrá que ver una cosa con otra?

– Pues estoy hablando muy en serio. Pregúntale si no a cualquier persona que haya comprado un piso. Verás como su vida a principio de mes, a mediado de mes y a final de mes se reduce a si paga, si podrá pagar o si pagará la hipoteca.

– Pero no pensarás en ello los trescientos sesenta y cinco días del año – me dijo sorprendida.

– Ponle que pienso en ello trescientos sesenta.

– ¿Qué haces los otros cinco?

– Dormir la mona.

– ¿De verdad que no hay nada divertido de 2009?

– No sé… Déjame pensar…

Y estuve pensando un buen rato. De verdad que lo hice un buen rato. Mi cerebro registró todo ese año e intenté buscar alguna anécdota graciosa. Algo.

– Se murió Michael Jackson – dije finalmente.

– ¡¡¡¡Joder, tío!!!! ¡¡Eso no es nada divertido!!

– Ya – dije yo reflexionado un poco -. La verdad es que en mi cabeza sonaba mejor. Me ha hecho gracia.

– No te entiendo, de verdad.

– No sé. No te pasa a veces que lo que piensas suena más divertido en tu cabeza que cuando lo sueltas por la boca.

– No.

– Porque cuentas pocas cosas. A mí me pasa mucho. Me hago un esquema en la cabeza, me estoy riendo yo mismo y cuando lo cuento noto que no tiene tanta gracia. A veces no sé qué asociaciones hace mi cerebro ni por qué las hace, pero es así. Mi humor es así de surrealista.

– ¿Y qué tiene que ver eso con Michael Jackson?

– Pues no sé. Me ha parecido divertido.

– ¿La muerte de Michael Jackson te ha parecido divertida?

– No la muerte en sí, sino decirlo. Un golpe de efecto. Un ¡chas! Yo qué sé. Estaba buscando algo gracioso y he pensado: lo digo, digo la muerte de Michael Jackson. En mi cabeza oía risas enlatadas cuando lo decía. De hecho una vocecita me decía: “no hay cojones a decirlo” Y entonces me ha hecho más gracias decirlo. Me pasa muchas veces.

– ¡No tiene ninguna gracia! -me gritó la china.

– ¡Joder! Lo sé. Lo siento. Y cuanto más lo explico menos gracia tiene, ¿sabes? Y ahora he entrado en un bucle, porque me gustaría explicarte dónde está la gracia, pero como no la tiene, y soy consciente, pues es difícil de explicar. Pero en mi cerebro al pensarlo había hasta un castillo de fuegos artificiales. Te lo juro. Me ha venido y he pensado: “Joder, cojonudo, di: se murió Michael Jackson; verás la china que carcajada pega”. Pero no, claro, porque no tiene gracia, aunque tengo un amigo en Copenhague que se partiría de risa si se lo cuento. Tenemos un humor muy parecido. No sé. No me ralles, china. Era divertido en mi cabeza, nada más. No le des más vueltas.

– ¿Que no le dé más vueltas? ¿Esto piensas publicarlo?

– Sí, claro.

– ¿Y pondrás en el título lo de la muerte de Michael?

– Sí, y seguro que alguien se ríe.

– ¡Los fans de Michael Jackson se te van a echar encima!

– ¡Qué poco humor!

– Uno no puede ir riéndose de todo por la vida.

– ¿Cómo que no? Al contrario. La risa nos hace libres. Lo que más le molesta a nuestro enemigo es nuestra risa, nuestra capacidad de reírnos y sobre todo de nosotros mismos, nuestra felicidad.

– ¿Pero quién cojones se va a reír de la muerte de Michael Jackson pedazo de cafre?

– Nadie. De eso nadie. De decirlo. ¿Lo entiendes?

– No.

– A ver si te lo explico. No tiene gracia, pobrecito Michael, aunque podríamos hablar largo y tendido sobre su vida y esas cosas con los niños, pero no nos desviemos del tema. La cuestión es decirlo. Soltarlo. Hacer un puñetero chiste con la muerte de Michael Jackson. No sé ni cómo explicártelo. En mi cabeza a veces suena un mono con platillos y oigo risas enlatadas. Lo juro. Es cierto.

– ¡Madre mía! ¡Tú estás muy mal! ¿Ves como tenía razón? A partir de ahora todas tus historias van a ser deprimentes.

– No, cariño, deprimente fue la muerte de Michael Jackson, lo mío es pura comedia.

Sonido de platillos: ¡¡Ta ta tan chis!!
Risas enlatadas.
Fundido a negro.

Pd: Saludos a todos los fanses de Michael Jackson. 😉
Pd2: 🎶”Told me what you’re doing wrong / Word out shockin’ all alone”🎶
Pd3: Ya paro. No digo ná más.
Pd4: #Respect #PrayForMichael
Pd5: ¡Por el culo te la hinco!
Pd6: Y así estaría todo el día.
Pd7: ¡Hasta el infinito y más allá!
Pd8: #PrayForMe #SpeakerForever
Pd9: Humor Inglés
Pd10: ¡¡¡Si me entendeis, irse!!!
Pd11: Ya.
Pd12: Chis pón.