Consol Castillo

Lo que era un secreto a voces se ha confirmado esta semana: Consol Castillo no se presentará a las primarias de Compromís per València y, por tanto, no repetirá como concejala en el próximo mandato.

Somos muchos los que llevamos tiempo intentando convencerla para que se lo repensara. Creo que incluso a veces hemos colmado su paciencia. Pero Consol es una mujer con las ideas muy claras y, como siempre, ha hecho lo que ha dicho.

Yo nunca lo he ocultado, y no voy a empezar a hacerlo ahora, “soy” de Consol Castillo y lamento mucho su decisión. Ella lo sabe. Creo que València pierde una persona tenaz y trabajadora. Me gusta oírla hablar sobre Valencia, sobre sus barrios, sus pueblos, su cultura. Se lo conoce todo al dedillo después de ocho años en el Ayuntamiento, cuatro en la oposición y cuatro en el gobierno. Ocho años pisando la calle y eso se nota. Tiene serenidad, saber estar y un discurso que es envidiable. En-vi-dia-ble

Tras tantísimos años de lucha, Consol es de las imprescindibles y eso no lo niegan ni sus adversarios políticos. De aquí y de allá. No es aduladora y no tiene necesidad. Te gusta o no te gusta. Consol es Consol. Siempre abierta al diálogo, con quien sea, donde sea. No rechaza el cara a cara.

Si yo entré en política y me decidí a dar el paso fue, entre otras cosas, después de conocerla hace ya casi quince años, y no me arrepiento. Gracias a ella empecé a pensar que sí, que las cosas se pueden cambiar, que no hay que desfallecer y que, tarde o temprano, los momentos siempre llegan.

He tenido a mi lado estos cuatro años a una gran aliada y la voy a echar de menos. Ha sabido ser peón, alfil, torre o reina, dependiendo del momento. Juntos nos fuimos a Milán y luego a Roma a convencer al mundo de que podíamos ser Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. Y lo fuimos.

Juntos nos empeñamos en sacar la huerta a la plaza, en dignificar la tira de contar de Mercavalència, en hacer compost con la paja del arroz, en apostar por los mercados municipales como canal corto de comercialización. Y lo hicimos.

Juntos hemos hecho tantas cosas que, aunque hoy tenga la sensación de quedarme un poco huérfano, su trabajo, su inspiración y su ejemplo, hacen que pueda encarar estas primarias con muchísimas más ganas para poder continuar el camino que hemos compartido estos cuatro años.

El próximo mandato serán muchas las veces que le llame para pedirle consejo, para tomar un café o, simplemente, para reírnos. Algo que hemos hecho mucho juntos.

Si Rosa Mª Sardá, Charo López o Nuria Espert son “grandes damas” del teatro. Mujeres que se dejan la piel en el escenario. Mujeres a las que da gusto oír hablar y ver trabajar. Conociendo mi pasión por el teatro, no os extrañará que afirme que Consol Castillo ha sido, es y será siempre una “gran dama” de la política.

Gràcies per tant, Consol!!