Empezó a llover de nuevo, esta vez con menos intensidad que antes. La china sacó dos paraguas de la mochila que llevaba. – ¿Desde cuando llevas esos paraguas? – le pregunté yo intrigado – Los llevo todo el rato encima – me dijo – ¿Y por qué no los has sacado cuando
– ¿Y qué pensará el resto de tus amigos? – me preguntó la china. – ¿Sobre qué? – Ya sabes… Esto es como cuando recibes un premio y se lo dedicas a alguien, siempre quedas mal con otro que cree que deberías haberlo mencionado. – Ya te he dicho que no es
Empecé a tener un poco de hambre. Era la hora de la merienda y, como sabéis, no soy de saltarme ninguna comida. – Pues deberías – dijo la china. – ¡Joder! ¿Ya me lees el pensamiento? – dije yo un poco acojonado. – No, es que llevas un buen rato mirando el
Como me había propuesto contarle toda mi vida, decidí empezar a hacer caso omiso de sus comentarios. Estaba dispuesto a llegar hasta el final fuera como fuera. – Sabes… 2003 no fue un mal año. – empecé a decirle yo. – ¡Vaya! – me dijo – ¡Qué rápido se te
– ¿Por qué estás callado? – me preguntó la china. – ¿No fue un buen año 2002? – Sí, pero es que cada vez me cuesta más filtrar y contar sólo alguna cosa importante. – ¿Tantas cosas te pasaron? – Bueno, en esa época trabajé mucho. Muchísimo. Y en mil sitios.
La china se levantó de la cama y empezó a vestirse. – ¿Dónde vas tan deprisa? – le dije yo. – Vamos a la calle. Además me tienes que seguir contando la historia de tu vida. Supongo que en 2001 sí que te pasarían cosas. – Sí, claro. Pero ¿no podemos hablarlo aquí
Aún estaba dolorido de la galleta que me había metido la china cuando se volvió y me dijo: – Ya hemos llegado al año 2000. Yo me quedé un momento en silencio reflexionando sobre lo que quería ahora. No me atrevía a hablar por miedo a que me diera otra buena. Finalmente me decidí a […]
– Y a todo esto – preguntó la china con curiosidad -. ¿A qué fuiste a Madrid? – ¡A triunfar! – le dije yo. – Ya – dijo ella. Y hubo un silencio. Un silencio largo. Una pausa larga. – ¿Quieres hacer ya la maldita pregunta? – le dije yo sabiendo
– ¿Te estás dejando muchas cosas en el tintero? – me preguntó la china. – La verdad es que sí – le dije yo -. Pero es que es difícil resumir un año. Cada vez es más difícil. A veces mientras voy hablando contigo me voy acordando de cosas de otros años que ya he […]
– Entonces volviste al redil – me dijo la china riéndose un poco. – Así es – le dije yo. – Y nada volvió a ser como antes – me dijo. – Y nada volvió a ser como antes – le dije yo – Nunca nada vuelve a ser como antes. – ¿Te arrepientes