No siempre me pasan cosas. A veces mi viaje es anodino y no hay nada interesante que contar. Y lo digo. Y no pasa nada. Admiro, sinceramente, a las personas que son el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro. ¡Yo quiero! También es cierto que en […]
Con mi antipatía por los aviones es previsible que me niegue a ver ninguna película que esté relacionada con vuelos de ningún tipo. Y mucho menos de catástrofes aéreas. Vi los primeros dos minutos de la serie “Perdidos” y casi me da un soponcio. Tuve que apagar la televisión de
No entiendo por qué le rotulan el nombre a los aviones. ¿Qué sentido tiene? No digo que no lo tengan, pero ¿qué sentido tiene escribirlo en un lateral bien grande? Recuerdo que a mi primer coche le llamábamos, cariñosamente, “Butatrans”. Era un Seat Panda naranja de los antiguos.
¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre! Como ya he dicho alguna vez, viajo solo, pero no siempre. En raras ocasiones me acompaña algún compañero de la empresa, normalmente cuando viajo a Alemania, como era en esta ocasión. Suelo ser yo mismo el que se encarga de todo el papeleo de los
Siempre hago un minucioso repaso a todo lo que tengo que llevar en cada viaje. Reviso cada calzoncillo, cada calcetín, cada camisa y cada pantalón. Cada par de zapatos, cada corbata, cada traje y todo el neceser. Siempre pongo de más para posibles contratiempos. Además la bolsa de mano con toda
Preferiría ir en tren, pero con la mierda de servicio que hay entre Barcelona y València, siempre acabo cogiendo el avión. Claro que lo del avión, a veces, no es mucho mejor. No sé si habéis hecho alguna vez el trayecto. Es un avión “miniwini”. Enano. Incómodo. Cualquiera diría que
El puto avión casi se parte en dos al aterrizar en Barcelona. No ha sido normal. Sólo la pericia de la comandante Ana Noséqué (y mi brillante fuerza mental) ha conseguido que no nos estampáramos. ¡Joder, joder, joder! Aún estoy temblando. El chico que había a mi lado me ha cogido de la mano, ha
Me he dormido. Me he quedado absolutamente dormido. Estos días han sido de muchísimo trabajo. Soy ejecutivo especializado en el análisis estadístico y reconfiguración de datos a nivel internacional y no he parado de trabajar en toda la semana. México me ha dejado absolutamente agotado y ha sido
¿Por qué me hablan durante el vuelo? No lo entiendo. No soy excesivamente empático, más bien lo contrario. Llego al avión, me siento, sufro, me bajo y se acabó. No pretendo que nadie me entretenga durante el vuelo. Además de inventar historias en mi cabeza, he de hacer un esfuerzo mental